Estudiantes entusiastas acuden a llenar los cupos limitados del taller de tejido con telar de cintura a las 10 a.m. del 20 de Septiembre en el Centro Intercultural de Santa Rosa Junior College.
Los tejedores cuentan historias a través de sus textiles. Un ejemplo presentado fue una blusa naranja con dos caballos a los lados. Sari Monroy, una artesana textil, compartió la historia de dos amantes que montaban caballos para encontrarse en secreto, ya que sus familias no les permitían estar juntos.
El telar es de doble cara, con hilos que van de adelante hacia atrás, creando un espacio donde se coloca un bambú envuelto en hilo para formar otra línea del diseño. El extremo superior del telar usa una cuerda para sujetarlo a un árbol, manteniéndolo colgado a 5 pies del suelo, mientras que la banda trasera alrededor de las caderas está unida a la parte inferior del telar.
Palos de madera fueron tallados en herramientas para sujetar juntos los hilos de algodón. En la parte superior e inferior del telar, el hilo se enrolla alrededor de las vigas superior e inferior. El lizo se tira hacia el pecho del usuario para separar los hilos traseros del telar de los delanteros, mientras que la lanzadera es el hilo que se pasa a través del telar para crear una nueva fila. El lizo se coloca entre los hilos de la nueva fila por donde pasó la lanzadera para asegurar que quede firme.
Los estudiantes enfrentaron el desafío de conectarse físicamente con el telar, donde cada uno debía acercar su cuerpo al telar en un ángulo de 45 grados y jalar el lizo para crear un espacio entre los hilos delanteros y traseros, asegurándose de que los hilos quedaran separados entre sí para la nueva fila.
Monroy habló sobre la historia del telar de cintura. “El telar y muchas otras herramientas que forman parte del arte del tejedor evolucionaron a partir de esta relación con la tierra”, dijo Monroy. Los materiales utilizados se cultivan y se cosechan de plantas como el algodón, el agave, el pericón y muchas otras. Estas se empleaban para las herramientas, tintes e hilos con los que se creaba una obra maestra hecha de la naturaleza.
Debido a esta relación con la tierra que proporciona los materiales para este arte, la ropa hecha con esta técnica es tan resistente que se convertía en herencia que se transmitía de generación en generación antes de desgastarse.
Las mujeres practicaban principalmente esta forma de tejido, pero no era exclusiva de ellas. Los hombres también practicaban esta técnica, junto con el telar de pedal, una forma más grande y estacionaria de tejido con telar de cintura.
Aproximadamente 12 personas participaron en la sesión, y cada participante recibió un telar de cintura completo, hilo extra para los diseños y videos para fomentar la práctica continua. Sin estímulo, esta práctica puede perderse con el tiempo. “Recuerden que el tejido con telar de cintura, cuando está conectado con la cultura, es una conexión poderosa con la memoria ancestral. Nuestros textiles son nuestras historias”, dijo Monroy.